Servicios lingüísticos a lo largo de la historia. La existencia de diversos idiomas y civilizaciones hace de los servicios lingüísticos una de las actividades más antiguas de la humanidad. Conforme las distintas civilizaciones iban teniendo contacto entre sí empezaron a ser necesarios los servicios de interpretación y traducción. La interpretación primero, por tratarse de un proceso oral que permite trasladar lo dicho en un idioma a otro y la traducción después, una vez surgida la escritura y la necesidad de pasar un texto escrito en una lengua a otra.
A pesar de lo “ancestral” que puedan ser los servicios lingüísticos, por mucho tiempo esta profesión no fue reconocida como tal, ni se le dio la importancia que tiene ahora. Esta era observada como un servicio colateral, lo cual no permitió un estudio exhaustivo de su papel a lo largo de la historia. Su reconocimiento fue progresivo, y se encuentra bastante ligado a la cada vez más frecuente, trascendente y formal interacción entre individuos y sociedades de diversas lenguas. No es sino hasta la era moderna, alrededor del año 1950, con el Juicio de Nuremberg y el surgimiento de organizaciones internacionales, entre ellas, la Organización de las Naciones Unidas, que los servicios lingüísticos adquieren reconocimiento como una especialidad académica.
Como se mencionó anteriormente, no es fácil identificar los orígenes de esta profesión. En los grandes imperios de la antigüedad, el traductor o intérprete jugaba un rol casi que anónimo. A pesar de estas limitaciones, a continuación se señalan algunos hechos que muestran su aparición en distintas épocas de la historia humana:
Los servicios lingüísticos en civilizaciones antiguas:
Existen testimonios de mediadores lingüísticos desde hace más de 5.000 años, jugando roles importantes en Egipto y Asiria, sea como guías comerciales, expediciones de conquista o conflictos bélicos y en la administración del gobierno. En el antiguo Egipto se denominó a los gobernadores de las regiones limítrofes con Sudán, con el título de “Jefe de Intérpretes”, por su papel en las expediciones que se hacían a nuevas tierras.
Inicialmente la intermediación lingüística fue asignada a esclavos o rehenes, pero con el tiempo se empezó a designar a hijos de la nobleza egipcia, educados en el extranjero o a los hijos de los príncipes extranjeros. Es amplia también la evidencia de servicios lingüísticos en la antigua Grecia y en Roma. Si bien en Grecia estos servicios no gozaban de mucho prestigio, ya que los griegos se consideraban superiores a las otras culturas o pueblos sometidos, en el caso de Roma sí jugaron un papel clave para la construcción del Imperio, facilitando mucho la relación con las colonias y terrenos conquistados.
Definitivamente uno de los factores que dio mayor impulso a la actividad traductora fue la fe, el judaísmo, el cristianismo y el islam. Al desaparecer el hebreo como lengua principal religiosa, y tomar poder las culturas griega y romana, se generó gran interés por traducir los textos religiosos. Se dan entonces las primeras traducciones griegas de libros del Antiguo Testamento, y posteriormente al latín por parte de los romanos. Indudablemente ha sido la Biblia el texto de mayor trascendencia en el crecimiento de la traducción. La misma ha sido traducida a múltiples idiomas. En el siglo IV se realizó la versión más extendida, a la que se llamó Vulgata, realizada por San Jerónimo, patrón de los traductores, y que se utilizó durante siglos en la religión cristiana.
Es importante mencionar la expansión del imperio árabe, durante la edad media y hasta el siglo XV, como un factor que contribuyó a los servicios lingüísticos mediante la traducción de textos científicos o filosóficos del griego. Fue durante el reinado árabe en la Península Ibérica cuando se dio un periodo de oro para la traducción.
El papel del intérprete fue crucial también en la conquista del Nuevo Mundo. Durante la misma se conoce una de las primeras intérpretes de la época: Malinche. La historia cuenta que esta princesa azteca, que hablaba tanto el maya como el náhuatl fue entregada al conquistador Hernán Cortés tras la batalla de Centla. Gracias a su bilingüismo, fue intérprete, consejera e intermediaria de Cortés y ayudó en el proceso de acusación de Moctezuma y su posterior ejecución.
Los servicios lingüísticos en la Edad Moderna y Contemporánea:
En el siglo XV, con la llegada de la imprenta, la traducción experimentó un enorme impulso que se extiende hasta hoy. Hasta el siglo XVIII y la llamada Paz de Westfalia, el latín era la lengua hegemónica de esta época, es a partir de ahí que el francés pasa a ser la lengua oficial de la diplomacia hasta el final de la Primera Guerra Mundial. Ya en el siglo XIX, Estados Unidos comenzó a revelarse como gran potencia económica, y el inglés fue ganando terreno. Como consecuencia, la importancia de los intérpretes se vio acrecentada en el ámbito político y el económico, y por primera vez dejaron de ser anónimos.
El periodo de entreguerras:
Esta época será la antesala y por tanto, el origen de los servicios lingüísticos tal y como actualmente se conoce. Surgió el papel del intérprete de conferencias y la relevancia de la profesión alcanzó su auge histórico. Su génesis, por tanto, se dio en la Primera Guerra Mundial. En este momento surgió una necesidad de contar con personas que pudieran servir de enlace entre unidades militares que hablaban distintos idiomas. Aparecieron los intérpretes de guerra, cuyo papel fue crucial en el transcurso de la guerra. Algunos de ellos actuaron como mediadores en la Conferencia de Paz de París en 1919, en la que los representantes de los cuatro países vencedores se reunieron para debatir una serie de cuestiones que culminaron con el ya conocido Tratado de Versalles y la fundación de la Sociedad de Naciones
En estas reuniones se consideraron oficiales los idiomas inglés y francés, y los intérpretes fueron los encargados de transmitir los discursos de los oradores a través de la interpretación consecutiva. El papel de estos intérpretes fue crucial, y por primera vez pasaron a la historia sus nombres y se elevó la importancia del oficio del intérprete. Uno de ellos, Antoine Velleman, fundó tiempo después la Escuela de Intérpretes de Ginebra, y otro, Jean Herbert, fue el encargado de reclutar el primer equipo de intérpretes profesionales para la primera Asamblea General de la entonces Sociedad de Naciones.
En 1926, además, apareció la primera patente de un equipo para la interpretación simultánea. El sistema se llamó “Hushaphone Filene-Finley IBM” y fue utilizado por primera vez en la Conferencia Internacional del Trabajo de 1927. Posteriormente, en las asambleas de la Sociedad de Naciones de 1931 y 1932 se trató de comprobar la validez del proceso de interpretación simultánea, aunque el sistema no terminará de cuajar hasta diez años después.
Los Juicios de Núremberg y la interpretación simultánea:
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, las naciones aliadas emprendieron una serie de procesos judiciales con el objetivo de determinar y sancionar las responsabilidades de dirigentes, funcionarios y colaboradores del régimen nacionalsocialista de Hitler. En este proceso, denominado como los Juicios de Núremberg participaron los cuatro países vencedores y el vencido: Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Soviética y Francia por un lado, y Alemania por otro. No es de extrañar que, ante tal diversidad lingüística, se pusiera en duda la eficacia de la interpretación consecutiva, que además augura una duración temporal infinita.
Se propuso por tanto utilizar el método de interpretación simultánea, que finalmente sería el elegido y daría lugar al ya conocido oficio de intérprete de conferencias. Evidentemente, desde entonces hasta la actualidad la evolución y el desarrollo de este tipo de interpretación ha sido asombroso, no sólo en cuanto a los elementos hoy utilizados para desempeñar esta labor (cabinas, micrófonos, equipos), sino también en lo que respecta a la preparación, formación y profesionalidad de los intérpretes. Ahora, la globalización e internet han llevado la traducción y la interpretación en herramientas para agilizarla a una época compleja en la que la profesionalización es más importante que nunca.