¿Por qué el idioma influye en las emociones? Sin duda una palabra, una canción o un aroma puede llegar a afectar nuestro estado de ánimo. El ser humano es altamente sensible a las palabras, sabemos que escuchar un “te amo”, “te quiero”, o “te extraño” puede cambiar en un instante nuestras emociones. Y es que, el significado de ciertas palabras nos aviva emociones y los idiomas en las que los pronunciamos y escuchamos también. También influye el tono usado en las palabras según los diferentes idiomas y esto se ve reflejado en las reacciones que causan. Se puede observar perfectamente en el caso de los niños pequeños y en el caso de las mascotas, una misma palabra puede despertar reacciones y emociones completamente diferentes en función del tono con el que las pronunciamos.
Las emociones se empiezan a cultivar desde temprano, tan pronto como nos adentramos en el mundo y empezamos a percibir los estímulos y las palabras que resuenan en nuestro hogar. Por tanto, para cada persona, las palabras aprendidas en la infancia tienen un impacto emocional particular. Mamá, papá, tía, abuelo, abuela, etc. son palabras que reavivan recuerdos y logran que esos tiempos pasados vuelvan a tomar el control de nuestras vidas adultas. Pero claro, no es lo mismo si los escuchamos en nuestra lengua madre, que traducirla a diferentes idiomas, donde pierde parte de ese sentimiento. No nos devuelve a los recuerdos de la infancia, por lo que no tiene el mismo resultado.
Según estudios, las lenguas nativas se adquieren en contextos emocionalmente ricos, cosa que no ocurre con las lenguas extranjeras, que se interiorizan en entornos académicos más fríos y neutros de emociones. Se demuestra que las personas somos más emotivas en nuestra lengua materna que en una extranjera. Pensamos con más frialdad en una lengua extranjera que en la nativa y nuestras acciones están menos influenciadas por las emociones cuando usamos un idioma foráneo. Para concluir, es importante recordar la frase de Nelson Mandela: “Si te diriges a una persona en un idioma que entiende, esas palabras irán a su cabeza, pero si lo haces en su lengua nativa, las palabras llegarán a su corazón”.