Traducción e interpretación médica. El vivir en una era de conocimiento, conlleva e implica una cada vez mayor especialización técnica y profesional de quienes conviven en un mundo cada día más competitivo y acelerado. Esta situación es aplicable plenamente a la traducción.  No basta con dominar dos idiomas e intermediar o servir de puente entre dos o más sujetos de distintos lenguajes, muchas veces, para que la comunicación y comprensión sean idóneas y cumplan plenamente su propósito, se requiere de conocimientos especializados por parte del traductor, esta característica toma mayor importancia cuando el tema a tratar tiene que ver con la salud de los seres humanos.  Es precisamente ahí donde toma realce la traducción médica.

La historia de la humanidad se ha caracterizado por un continuo proceso, mediante el cual el conocimiento adquirido por un individuo o pueblo, es posteriormente transmitido a otras personas o comunidades, las cuales en muchos casos tienen idiomas distintos. Esto se ha logrado gracias al tan valioso aporte de intérpretes o traductores, quienes históricamente han intermediado para que el conocimiento se extienda y continúe su proceso de evolución, hasta llegar cada vez a mejores niveles.

La traducción ha contribuido sobremanera al progreso científico y técnico, ha posibilitado el acceso al saber y ha sido crucial en la producción y distribución del conocimiento. En este sentido, la medicina ha sido una de las ciencias que más ha prosperado gracias a la labor traductora. Un ejemplo claro de ello es la actividad traductora desarrollada en la Casa de la Sabiduría de Bagdad, gracias a la cual los árabes asimilaron el legado médico griego y produjeron obras originales, o en el papel que tuvieron los traductores clásicos y del Renacimiento para transmitir y conservar las grandes obras de la medicina.

Si bien la traducción médica ha quedado tradicionalmente diluida como subespecialidad dentro la traducción científico-técnica, lo cierto es que cada vez son más los autores que consideran a la traducción médica merecedora de una atención especial e inciden en resaltar los rasgos que la caracterizan.

La traducción médica hace referencia a la traducción de documentación relacionada con una amplia gama de disciplinas, como el área farmacéutica y todos los elementos que componen el campo de la salud (Cirugía, Bioquímica, Oncología, Dermatología, Oftalmología, Genética, Odontología, Psiquiatría y muchas disciplinas médicas adicionales, todas y cada una de ellas de enorme importancia). En todos éstos ámbitos es crucial ser muy riguroso y preciso en la terminología, ya que un pequeño error puede generar serias consecuencias en la salud de los pacientes. Si ya preparar toda la documentación que genera el sector en el idioma local tiene sus dificultades, traducirla a otros idiomas es un proceso complejo que no puede supeditarse a una traducción palabra por palabra. Hay que poner atención al significado del texto de origen y buscar las equivalencias en toda la compleja terminología que se emplea en el sector.

La medicina está en constante avance, cada día se descubren nuevos medicamentos o dispositivos médicos.  La gran mayoría de los países en donde se adquieren estos productos exigen que la documentación y el etiquetado de los mismos se traduzcan al idioma nacional para poder ponerlos a disposición del público. Gracias a la traducción médica, la mayoría de los fármacos que se encuentran en las farmacias están traducidos para que los pacientes puedan comprender perfectamente la información.

El traductor que se enfrenta por primera vez a una traducción médica debe lidiar con una terminología médica específica. Aunque un proceso de documentación exhaustivo puede ayudar, si el traductor no está especializado en el campo encontrará dificultades con las equivalencias, las interpretaciones y los usos que se le da en cada idioma. Actualmente se está ante una terminología farmacéutica o médica muy específica, por lo tanto hay mucha variedad de documentos que son susceptibles a ser mal traducidos. Para todos ellos se debería confiar en traductores profesionales especializados, ya que pueden estar en juego la salud de los pacientes, la aceptación de los documentos por parte de las autoridades del país extranjero o simplemente la calidad final de dichos documentos. Partiendo de esta base, el traductor se enfrenta a una serie de retos a la hora de hacer una traducción médica.

Estos son solo algunos de los puntos más importantes que un buen traductor/a médico debe tener en cuenta. Como consecuencia, para conseguir una traducción médica de calidad, es necesario que el traductor disponga de lo siguiente:

  • Formación médica o conocimientos específicos del tema
  • Disponibilidad de recursos lingüísticos fiables (diccionarios especializados y/o técnicos, acceso a foros de traductores médicos, obras de consulta, textos paralelos…)
  • Especialización en la disciplina/tipología textual en cuestión
  • Tiempo para preparar el texto original: documentación e investigación
  • Experiencia previa y familiarización con el ámbito

En conclusión, se trata de una labor que debe ser desarrollada con alto profesionalismo, porque a diferencia de otras, aquí un levísimo error podría afectar seriamente la vida y la salud de las personas. Es una especialidad que merece tomarse muy en serio.